Rango de atenuación reducido: habitualmente, los focos incandescentes/halógenos se atenúan más que los CFL o LED. La mayoría de los focos CFL atenuables reducen su luminosidad a un 10 % o un 30 % en términos de salida de luz medida. Las primeras versiones de focos LED atenuables del mercado tienen la capacidad de atenuarse más que los focos CFL y pueden alcanzar niveles de hasta el 5 % al 15 % en términos de salida de luz medida. El rango de atenuación real dependerá del circuito de los focos.
Caída de las luces: a veces, al atenuar los focos CFL o LED, se apagan antes de que el control deslizante llegue a la posición más baja. Esto recibe el nombre de “caída” y dificulta mucho el ajuste del atenuador en el nivel correcto sin que se apaguen los focos.
Las luces no encienden: después de atenuarse a un bajo nivel de luz y apagarse, a veces, los focos CFL y LED no se encenderán hasta que el control deslizante no se mueva hacia arriba. A esto se lo conoce como “encendido emergente”, que es especialmente dificultoso en situaciones de 3 vías, en las que las luces se pueden encender/apagar desde distintas ubicaciones y no simplemente a través del atenuador.
Las luces se apagan inesperadamente: los focos CFL y LED atenuables pueden ser afectados por las fluctuaciones de voltaje de línea. Mientras que los focos incandescentes a veces se atenuarán o parpadearán cuando se usa un dispositivo como el aire acondicionado o un secador de pelo. Un foco CFL o LED atenuado puede apagarse o parpadear excesivamente en esas situaciones.
Nota: El rendimiento real de cualquier CFL o LED varía de un tipo de foco a otro y de un fabricante a otro. Es importante tener en cuenta que solo los focos que se diseñaron como atenuables se deben utilizar con un atenuador. Para saber si su foco es atenuable, vea el paquete, el foco en sí o llame directamente al fabricante.